VOLCAN MASAYA
El volcán Masaya está ubicado cerca de la ciudad de Masaya en el departamento de Masaya, en Nicaragua a escasos 22 km al sur de la capital del país, Managua.
Es uno de los 7 volcanes activos del país. Su cráter "Santiago" tiene una altitud de 635 m s. n. m. y emite continuamente grandes cantidades de gas de dióxido de azufre; también mantiene una incandescencia en su interior debido a un lago de lava persistente. El volcán forma el centro del parque nacional Volcán Masaya y a sus pies se ubica la laguna volcánica del mismo nombre. El parque comprende un área de 54 km² que incluye dos volcanes y cinco cráteres y tiene más de 20 km de caminos pudiendo llegar en coche hasta el borde mismo de uno de los cráteres; fue creado por decreto ejecutivo el 24 de mayo de 1979.[1] Entre sus instalaciones destaca el museo vulcanológico.
Ubicado a tan solo 23 kilómetros de la capital, el Parque Nacional Volcán Masaya es el primer y más grande parque nacional del país; es un área protegida y el centro turístico más popular del Pacífico, gracias a que ofrece una experiencia inolvidable y el contacto directo con la naturaleza.
También la lava amenazaba al poblado de Nindirí cuyos habitantes también sacaron en procesión la imagen del Señor de los Milagros; cuenta la tradición que al Cristo se le desprendió del brazo derecho el clavo y donde cayó este la lava detuvo su avance de forma milagrosa por lo que se calmó la erupción.[6] En 1902 se abrió una nueva boca en forma de respiradero, la cual se fue ensanchando y dio origen a un vasto cráter de 500 metros de diámetro y 300 metros de profundidad, que hoy es conocida como el cráter Santiago. Durante la estación lluviosa, es común que la lluvia se cuele dentro del volcán, haciendo que emita grandes cantidades de vapor ácido. De esta manera, una laguna ocupa el extremo este de la caldera.[7]
En ocasiones, el Masaya emite grandes concentraciones de gases sulfurosos. Particularmente, el dióxido de sulfuro ha sido liberado del cráter Santiago en grandes cantidades y los vulcanólogos han estudiado estos eventos para entender más a fondo el impacto de la lluvia ácida y su potencial para causar problemas de salud. Esta lluvia ácida afectó los cafetales de las Sierras de Managua.[8]
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